La flora intestinal es una de las barreras que separa nuestro organismo de las bacterias y los virus, que pueden suponer una amenaza para nuestra salud. Por lo tanto, es muy importante que la mantengamos sana para que funcione a pleno rendimiento. En este post descubrirás cómo ayuda la microbiota a las defensas de nuestro organismo.
El sistema inmune es el encargado de proteger al organismo frente a virus, bacterias, hongos, etc. Un 50% de las células inmunitarias se encuentran en el intestino, que actúa como barrera defensiva que protege frente a patógenos y toxinas.
La primera barrera que los virus y las bacterias encuentran es la piel y las mucosas, por tanto, es imprescindible que se encuentren en buen estado.

La microbiota, una aliada para nuestras defensas
La segunda barrera, y no menos importante, es la flora intestinal o microbiota, que actúa impidiendo el crecimiento de virus y bacterias. La microbiota evita la instalación y posible penetración de tóxicos y bacterias patógenas, reforzando el mucus y los enterocitos por varios mecanismos diferentes:
- Compite por los nutrientes. Por este motivo, hay diferentes colonias de bacterias en los distintos tramos del intestino, dependiendo de las necesidades nutricionales.
- Produce sustancias antimicrobianas como ácidos orgánicos, peróxidos de hidrógeno, alcohol, ácido láctico y sustancias de acción antibiótica, que atacan y destruyen a los intrusos.
- Estimula la producción de mucus, lo que impide la implantación de patógenos en el epitelio intestinal.
- Potencia la producción por parte del enterocito de péptidos antimicrobianos, como las beta-defensinas.
- Favorece la integridad de la membrana intestinal, disminuyendo la permeabilidad a patógenos y sustancias de origen externo que pueden causar infecciones, alergias,etc.
- Se adhiere a los mismos sitios que los patógenos, compitiendo con ellos, impidiendo que se adhieran y desplazándolos.
¿Cómo cuidar nuestra microbiota?
Debido a la importancia que tiene la microbiota sobre nuestro sistema inmune, es muy importante cuidarla siguiendo unos buenos hábitos de alimentación e intentando que no falte ningún nutriente. Los lácteos son ricos en lactobacilos y bifidobacterias, y su consumo regular contribuye a aumentar las defensas de nuestro organismo, reforzar la flora digestiva y mejorar la inmunidad contra las infecciones.
Los probióticos y los prebióticos también son un buen refuerzo para nuestra microbiota: las bifidobacterias, los lactobacillus y los fructo-oligosacáridos son unos buenos aliados para mantener el equilibrio de nuestra flora intestinal y, específicamente, de nuestro sistema inmune.
Bifidobacterias
Las bifidobacterias representan uno de los mayores géneros presentes en el tracto intestinal de los seres humanos y los animales. Varios efectos beneficiosos sobre el estado de salud pueden estar relacionados con la presencia de bifidobacterias en el colon.
Dentro de ellas, el género Bifidobacterium breve ayuda a inhibir el crecimiento de patógenos, bacterias y apoya el sistema inmunológico.
LACTOBACILLUS
Son bacterias Gram+ no móviles. Se presentan generalmente como varillas aislados o unidos en cadenas cortas.
Una de estas bacterias, el Lactobacillus paracasei, es clave para la función digestiva, aumentar el sistema inmunológico y los niveles de energía. Un estudio, incluso, mostró que la cepa podría ser útil para combatir infecciones.
Cómo ayuda la microbiota a nuestras defensas