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El incienso: ¿por qué se usa tanto en estos días?

Estamos en plena Semana Santa y hay rincones de España en los que el incienso está especialmente presente y su característico aroma lo invade todo. ¿Pero sabemos de dónde viene esta práctica de usar incienso?¿Conocemos sus cualidades y beneficios?

El incienso o incensum es una preparación de resina vegetal aromática a la que se le añaden aceites esenciales para que, al arder, desprenda un humo aromatizado con una amplia variedad de fragancias. Actualmente se utiliza como ambientador o armonizador de ambientes, aunque también se usa en determinadas terapias y principalmente se asocia a celebraciones religiosas. En cosmética, es muy valorado por su aroma y propiedades.

En cada lugar del mundo se ha utilizado el incienso con composiciones diferentes, pero principalmente siempre se trataba de resinas y maderas. En algunos lugares se utilizaba la resina de cedro del Líbano o Cedrus libani, mientras que en otros se usaba la Sabina real, que al contener trementina desprende un perfume muy agradable. En España, se dio el término incienso a ciertas gomorresinas como el ajenjo o Artemisia absinthium en Andalucía o la Artemisia aragonensis en las islas Canarias.

Sin embargo, una de las más extendidas y conocidas es la gomorresina procedente de los árboles de la Boswellia, que se extrae haciendo incisiones en sus troncos y dejando que la resina se seque al contacto con el aire. De esta forma, se conforman pequeños granos, de color amarillo pálido, que al contacto con el fuego se derriten. La Boswellia carterii, también conocida como Boswellia sacra, es una de las especies más extendidas de esta planta de la que procede el incienso. Pertenece a la familia burseraceae y es nativa de de Somalia, este de África, sur de Arabia y de la India.

El antiguo Egipto

En el antiguo Egipto el perfume pasó de ofrenda religiosa a funcionar como un diferenciador de clase o grado social, hasta el punto de que las personas de mayor estatus no olvidaban utilizarlo en cualquier celebración. Se le atribuía propiedades higiénicas y curativas, llegando a creer podía alejar determinadas enfermedades, motivo por el que se utilizaban para purificar las casas. Particularmente el incienso se utilizaba para contrarrestar el mal olor de las casas.

En las ceremonias religiosas comenzaron a utilizarse perfumes y ungüentos preparados con una resina muy popular y de gran valor conocida como Kapet. Se consideraba que este incienso era sinónimo de pureza divina y los sacerdotes lo quemaban por la tarde como parte de sus ritos. De hecho, en el templo Deir-el-Bahari se encontraron una serie de grabados representando una expedición en busca de incienso y uno de los quemadores más antiguos, conocidos hasta la fecha, data de la Dinastía V, de aproximadamente hace 4.500 años.

Se utilizaba en los rituales funerarios y se consideraba esencial para asegurar el renacimiento de la persona fallecida y su éxito en la otra vida. Además de los siete aceites sagrados empleados en el proceso de momificación, se utilizaban también resinas aromáticas e inciensos que aplicaban distintos aromas a las momias y les conferían, en algunos casos, el olor de divinidad. Desde la prehistoria egipcia, en El Mahasna, se encontraron bolas de esta resina en muchas tumbas.

Arabia

En la actualidad, en la mayoría de los países árabes el incienso se quema en forma de bloques aromáticos llamados bakhoor y se utiliza para perfumar la casa o en ocasiones especiales, los viernes o durante los enlaces. Estos bloques suelen quemarse en un incensario tradicional, similar al dabqaad somalí, conocido como mabkhara. En algunos países es costumbre pasar estos bloques aromáticos de incienso entre los invitados al majlis o “congregación”, como gesto de hospitalidad.

Valle del Indo

La mención escrita más antigua conocida del incienso aparece en los Vedas, los cuatro textos más antiguos de la literatura india y base de la religión védica, previa al hinduismo. Se utilizaba especialmente como método de curación, así como en las prácticas religiosas. Con la llegada del budismo se perpetuó el uso del incienso con motivos religiosos, llegando a exportar los secretos de la fabricación de varillas de incienso a China.

Yogui con incienso

China

Desde el Neolítico hay evidencias del uso del incienso en las regiones de China, aunque tuvo un especial auge desde el segundo milenio a.C., con la llegada de las dinastías Xia, Shang y Zhou. El incienso se utilizaba en el culto y en algunos de sus textos más antiguos existen menciones al uso de productos vegetales que formaban parte de la composición de estos inciensos como la casia, la canela o el sándalo. Su máxima expansión se dio durante la Dinastía Song, momento en el que comenzaron a construirse edificios especialmente erigidos para ceremonias de incienso.

Japón

El incienso llega a Japón desde el continente asiático en el siglo VI por monjes budistas coreanos. El , como conocen los japoneses al incienso, se convirtió en un habitual de la corte imperial japonesa durante el periodo Heian, del 794 al 1185 d.C.

Durante el sogunato Ashikaga del siglo XIV los samuráis perfumaban sus armaduras con incienso para protegerse en la batalla. En el período Muromachi se estandarizó el uso del incienso junto a otras ceremonias, como la del té, que se afianzaron en la sociedad japonesa.

Europa

En la mitología griega está presente el incienso en el mito de Leucótoe. Esta princesa, hija de Órcamo y Eurínome, fue seducida por Helios. Clitia, ninfa que había sido amante del dios, le contó a Órcamo lo sucedido y este decidió enterrar a su hija viva. Helios intentó devolverle la vida a Leucótoe pero no pudo, así que la transformó en la planta de incienso.

Estrabón, geógrafo e historiador griego, nos narra cómo se hacían las transacciones comerciales en busca del incienso, principalmente con Arabia, la zona del Mar Rojo y hasta con China. Este auge del incienso, especialmente en los templos de la Roma Imperial, también se cita en las obras de Dioscórides y Plinio el Viejo.

En el cristianismo, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento aparecen numerosas menciones sobre el incienso. Por ejemplo, en el Éxodo 30:1 se le indica a Moisés que debe hacer un altar separado para quemar incienso. Esta resina se ha utilizado y utiliza en las diferentes iglesias cristianas, generalmente colocándose sobre el carbón encendido dentro de un incensario sujeto por cadenas de las que se balancea para avivar el carbón y distribuir el humo. Tiene especial relevancia en la Semana Santa, principalmente en las procesiones donde algunas hermandades tienen sus propios aromas de incienso distintivos, así como en los oficios del Jueves Santo.

América

El copal es el incienso de las culturas de la Mesoamérica precolombina. Es una de árbol, particularmente del Protium copal muy utilizada como incienso para quemar en las ceremonias. Sin embargo, a diferencia del incienso que conocemos en Europa, incluye sustancias resinosas en una etapa intermedia de polimerización y endurecimiento mas próximo al ámbar. Al copal que está parcialmente mineralizado se lo conoce como copalina.

Aunque uno de sus usos más extendidos es como armonizador de ambientes o ambientador, así como como componente en la industria de los perfumes o como ofrenda religiosa, el incienso tiene una amplia variedad de usos. Por ejemplo, algunos inciensos, dependiendo de su composición, pueden actuar como repelente de insectos.

Usado de forma tópica, sobre la piel, se considera un buen cicatrizante que ayuda a la regeneración de las células y un interesante antiséptico. También se utiliza de esta forma como apoyo en inflamaciones osteoarticulares, mialgias, contracturas musculares y forúnculos. Además, en emplastos se utiliza como estimulante.

A lo largo de la historia se ha utilizado esta resina en casos de aftas, parodontopatías, heridas y ulceraciones dérmicas.

En inhalaciones, se ha utilizado para tratar la bronquitis o la faringitis, considerándose un inmunoestimulante, balsámico, mucolítico, expectorante y espasmolítico. Algunos consideran que puede ser un apoyo interesante en casos de gripe, resfriados, enfisema o asma. Todo esto se debe a que contiene varios principios activos como la goma ácida (27-35 %), una gran cantidad de resina (60-70 %), también ácido boswélico (triterpeno) y el aceite esencial (3-10 %) que además contiene abundantes terpenos como el limoneno, tuyeno, pineno y terpineno.

El incienso ha acompañado a las distintas sociedades a lo largo de la historia, formando parte de sus ritos religiosos y la vida cotidiana con sus embriagadores y relajantes aromas. Pese a su humilde origen se ha considerado sinónimo de nobleza y aliado para la salud, por eso nuestros Laboratorio lo incluye en algunos de sus productos como parte de sus formulaciones.

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